Entre pisadas de antaño, dudas siempre marcadas en cada huella del pasado,
surcos en la tierra que escuchó tu camino andado,
piedras que surgieron y entorpecieron el avance
mientras enseñaron a tus heridas solas curarse…
Manos que cubren ese encanto y desnudan el dolor,
palabras que engrandecen a este caminante,
pasos que buscan el rumbo en esas palabras
que aun su boca no ha dicho…
Pies, pies, pies, pies…