Aun cuando busco la sensatez en mis ojos
mientras miro en el espejo los despojos,
se que en la sombra me cobija
el sol de un corazón sincero.
Aun siento como cuando divago
en mi descanso yo te hallo,
y recuerdo cada amanecer,
que aunque lejos de mi lado
en tu canto desvanezco.
Tus labios ahora sellados
deletrean sin cesar…
Deletrean mi nombre sin poder parar..
Casi en silencio, bajo la oscuridad,
guardan tus recuerdos y mi despertar.
Y ahora comprendo,
sin tener que imaginar
pues en tu mente aun sigo,
como un fantasma arrastrado,
no por castigo,
sino por tu canto abrigo,
en consecuencia de tanto pesar.
Canto cada mañana desde que te conocí…
No olvido aquel día, pues aun me haces revivir.
Como pájaro que agradece al nuevo día la nueva oportunidad
de ver a tus labios, escuetos, con un mensaje bregar:
– Te amo como desde el día en que me enseñaste a volar.