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Un amor que nos despierte


Soy una mujer de palabras. Palabras de las que viajan en el tiempo y despiertan lo que parecía muerto. Y aunque me resigne, aún las siento. Y deseo me deleiten. Me alteren y mantengan en acierto.

Pero hace tiempo que ya no resuenan. Y mi memoria es una historia llena de finales. Finales de algo vivo. De caminos que se andaron y borraron su destino.

Huellas que anhelo encontrar y seguir, que me conserven en vilo. Ojos cerrados, y a la vez abiertos, a un mundo lleno de consuelo.

Un hueco en la oscuridad de una escalera que al subir baje. Y que al bajar siga subiendo. Dónde las palabras sean calzado que me lleven dónde no he ido.

Encuéntrame. Si aún no lo has hecho. Bésame si aún no lo has hecho. Déjame tus palabras tatuadas en el pecho. Abrázame, y cobrate mi aliento. Pues quiero toda la magia. Quiero desvelo. Necesito que suceda nuestro impactante encuentro.

Y que el poema solo cité las palabras que merezco. Dónde sin conocerte, sienta que lees mi pensamiento. Y comprenda, que debías ser tu tras tanto tiempo. Que tu mirada sea parte de mi memoria y tus palabras sean el idioma de tanto intento.

Se tú, quién seas, el que se quede cerca de mi. Sintiendo que este amor es quien nos mantiene despiertos.

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